Final de Roland Garrós: el tenis más bello.

Cuanto más le exigió el partido, mejor jugó Nadal. Cuanto más presionado se sintió, peor jugó Federer. El análisis de las respuestas de ambos ante la misma situación, nos lleva a una conclusión irrenunciable: Federer se atasca con Nadal. Bien sea por su manera de jugar, por sus persistencia, porque hay que agotarle para que humille,… Nadal representa el antídoto al juego del suizo. Con esta afirmación basta para medir al jugador español, porque Federer es, hasta la fecha, el mejor jugador de la historia. Y por otro lado, Nadal no padece  nada, sólo que es un tenista más maduro que guarda su mejor versión para los mejores momentos. No se puede jugar cada punto como si fuera una final, y Nadal juega ahora al tenis así, de menos más, guardando el monstruo que lleva dentro para cuando no queda otra que pasearlo.

Y Federer no está acabado, es absurdo recordarlo. Ayer salió al partido como si tuviera 20 años: enchufado, concentrado, alerta a todo, a sabiendas de que los primeros juegos había que competirlos sin dudas, y esto le permitió ponerse  4-1, sin noticias de Nadal hasta el cuarto juego (3-1), con otro ritmo, como ausente, con bolas a media pista sin fuerza, sólo pendiente de devolver, en ningún caso ocupado en ganar. Con 5-2 apareció el fisioterapeuta de la ATP, que cortó un vendaje del pie del mallorquín, instantes que precedieron a su reacción, porque de allí salió un mejor tenista, más incisivo, más pendiente de cada tanto, buscando entonces las líneas. Llegó hasta el 5-5. Luego Federer se puso 15-30 y volvieron los nervios, que no lo abandonarían hasta el final del set, que cayó del lado del español.

En el segundo, las cosas fueron contrarias: Federer estuvo ausente hasta el tercer juego, rumiando la derrota en el primer set, midiendo la pertinencia de luchar por el partido o no. Pero a diferencia de otras ocasiones, decidió que sí, y esto nos regaló un partido enorme. El octavo juego (4-4) fue muy luchado. En el noveno, Nadal consigue un break, con extraordinarios puntos finales. Y luego viene la lluvia, cuando Nadal sacaba para ganar el set y con deuce. A la vuelta, tras escasos diez minutos, un Federer sin presión gana el juego ante un Nadal conservador y dubitativo. Luego, cada uno mantiene su saque y llegamos al tiebreak, donde un Nadal muy superior, con passingshots de los suyos, gana el desempate.

El tercer set nos mostró al Federer genial, sin presión, que pudo jugar con gran calidad, desatado, agresivo, con sus movimientos de gacela, aproximaciones medidas a la red, ante un Nadal muy calculador, vislumbrando el final que el guión tenía escrito, pero que parecía impredecible, porque cualquier cosa podía pasar. Ganó Federer el cuarto set por 7-5. Y hasta ahí llegó. Porque el último fue para Nadal por 6-1. Podía haber ocurrido otra cosa, como que Federer hubiera continuado con su nivel del tercer set, o que, al menos, hubiera disputado mejor la última manga. Pero entonces no sería el tenista inteligente que es: su alto nivel competitivo durante el partido, sólo le había permitido obtener un set; por tanto, para ganar los dos que restaban, debía jugar perfecto durante una hora y media más, como mínimo, y eso sin contar con que Nadal pudiera mejorar aún más. Era inteligente no ofrecer más resistencia que la que dicta la dignidad. Y eso ocurrió. Los espectadores presentes creyeron en un final más disputado y por eso vibraron con el suizo, pero cuando llegó la hora de aplaudir al español, lo hicieron reconociendo en este deportista a una leyenda de Roland Garros que el año que viene volverá al torneo con 25 años, para continuar escribiendo su dorada historia desde la humildad y el silencio. Todos sabemos que lo que hace Nadal es inigualable. Se nos agotan las palabras para expresar su grandeza. Pero lo más extraordinario, es que está a mitad de camino. Borg, el legendario tenista sueco, hizo lo mismo que Nadal con su misma edad y, superado, se retiró. No nos dejes, Nadal.

Djokovich, el fantasma de Nadal. Nueva victoria del jugador serbio.

El  momento de Djokovich es descomunal. Su cirugía a la hora de jugar al tenis actualmente es de una precisión al alcance de nadie. Todos esperamos que baje de los cielos y vuelva a hacerse humano (sobre todo, los partidarios de Nadal), pero entretanto, poco hay que hacer. Sólo Murray dio con alguna solución en forma de cambios de trayectoria de la bola constantes, cambios de ritmo, primer saque efectivo, puntos interminables…; y ni aún así pudo.  Por otro lado, Nadal es muy grande, y lo que lleva hecho a estas alturas del curso es de número uno.

Sin embargo, vayamos al partido, que es una realidad concreta, analizable de forma aislada. El encuentro comenzó con la atmósfera de las grandes citas, con una grada alineada a favor de uno u otro contendiente (mayoría a favor de J., aunque Nadal aquí tiene seguidores fieles). Los dos jugadores comenzaron muy pendientes de no descentrarse en los primeros juegos, sin arriesgar, jugando puntos muy largos, sin hacer nada fuera del guión. A la altura del3 a3, comenzaron ya a aparecer gestos de rabia y de victoria por ambos lados, conscientes de que el partido también había que ganarlo en la puesta en escena. Y a la que el partido se ensucia algo, sale el genio de J. Una contradiagonal físicamente imposible en el 7º juego, desató al jugador serbio, quien  en el 9º  juego rompió el servicio de Nadal tras una racha de golpes de calidad, que aventuraban que el partido se jugaría muy cerca de las líneas: quien mejor llegara a ellas sin pasarse, lo ganaría. Pero Nadal nunca acudió a esa cita.

Tras la rotura de servicio, J. cedió en intensidad y Nadal lo aprovechó para devolverle el break. En un acto de arrogancia, el serbio volvió a romperle el servicio a Nadal y remató el set con un punto mayúsculo. Si la esperanza de victoria de Nadal pasaba por ganar el primer set, tras perderlo, era el momento de dimitir. Pero Nadal no lo hizo.

En el segundo set, vimos una copia del primero, pero la intensidad se vivió desde el primer juego, sobre todo tras la rotura de servicio de Nole, quien se puso con 2-0. Y  los errores que llevaron a Nadal a perder el primero, se acentuaron, como si el destino del jugador español fuera inevitable. Nadal recuperó enseguida su servicio y empató a 2. Luego, Nadal nunca amenazó el servicio del serbio en este segundo set, y cuando tuvo 15/30 en varias ocasiones, las desperdició con un juego conservador, con fallitos irritantes, más propio todo de un jugador con miedo que del actual número 1. No soltó la derecha como en otros partidos, síntoma definitivo de que su cabeza no estaba para los momentos de angustia. Todo lo contrario que su oponente, que jugó mejor cuanto más exigente se puso el partido. Cuando tuvo que romper el servicio de Nadal, en el décimo juego, lo hizo: primero, se puso con 0/40. Desperdició las tres bolas de partido. Pero lejos de acusar este golpe, se rehizo, y a la segunda ventaja, ganó.

Nadal necesita su mejor versión para hacer frente a este increíble tenista. Desde luego, necesita la agresividad que muestra cuando juega en superficie dura. No nos puede mostrar al Nadal ultadefensivo,  que corre tras la pelota por el fondo de la pista, alejado de la fiesta del tenis que le propone su oponente, más metido enla pista. Jugaronmuchos puntos en diagonal, pero lo cierto era que, de seguir dibujando líneas imposibles con la regla, sería el serbio el que trazaría la diagonal milagrosa. No es comprensible que Nadal desdeñe la iniciativa del punto al resto colocándose (incluido ante el segundo saque) tan lejos de la línea de fondo. El mejor Nadal necesita de estos pequeños detalles para aspirar a ganar a Nole; además de que éste se haga humano.

 

Hello world!

Welcome to WordPress.com. After you read this, you should delete and write your own post, with a new title above. Or hit Add New on the left (of the admin dashboard) to start a fresh post.

Here are some suggestions for your first post.

  1. You can find new ideas for what to blog about by reading the Daily Post.
  2. Add PressThis to your browser. It creates a new blog post for you about any interesting  page you read on the web.
  3. Make some changes to this page, and then hit preview on the right. You can alway preview any post or edit you before you share it to the world.